lunes, 16 de marzo de 2009

INCREÍBLE, PERO CIERTO.

Fui a fregar el suelo de la cocina, y en vez de coger el líquido del suelo, (amoniaco) cogí la botella de aceite de oliva. Lo extendí bastante bien, para quitar la grasa. Empecé a aclarar el suelo y aquello estaba cada vez más pastoso... hasta que me di cuenta de que aquello no marchaba demasiado bien. El olor que desprendía tampoco era el habitual.
Cuando terminé de fregar pasillo, cocina, cuarto de baño..., tiré el agua a la calle y entonces me di cuenta de lo que había hecho.
No os podéis imaginar lo que tuve que trabajar para quitar aquello del suelo. Era de plástico a imitación del parquet.

Josefina Luengo

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