Importante trabajo el que Izan, Iñaki Arregi de la asociación Almaur, ha impartido en el centro de adultos de Casetas estas semanas. Una reflexión sobre cómo nos relacionamos desde la esencia del ser despojado de condicionamientos. Una esperanzadora mirada sobre una sociedad por nacer que funcione desde el paradigma del amor en vez de sobre el juicio.
Con gente tan dispuesta y valiente, otro mundo sí es posible.
Aquí compartimos un texto en el que Izan nos habla del sentido de este trabajo:
Nuevas Masculinidades
Ahora más que nunca entramos en un nuevo momento donde lo viejo carece de sentido.
Competir, correr, producir, la necesidad de aprobación para existir, la autoestima basada en la demostración, influencias limitantes en la educación heredada, en la cultura, en la sociedad, la imagen basada en el hacer y el tener.
Cuánto dolor sostenido por el olvido de quién soy, por haberme creído que ser del rebaño es la única manera de sobrevivir.
Creer que la única manera es luchar a ser el más fuerte, el mejor.
La errónea y limitada visión que ser más fuerte es ser un depredador agresivo, con una resistencia tenaz al sacrificio desequilibrante, basado en la culpa, que se exprese como se exprese terminará siendo un mar de amargura, un vacío sin fin imposible de ser llenado.
Dar el salto a VIVIR soltando las antiguas creencias limitantes es la manera de abrirme a sanar la herida del hombre, en definitiva la herida del ser humano queriendo llegar a no sé dónde.
Y si quizá recordáramos que Ya SOY, YA ES, quizá todo comenzaría con este nuevo instante lleno de oportunidades para celebrar la llegada de un nuevo hombre a la Tierra. Un hombre Libre que ha saltado a sentir el vértigo, a sentir la vulnerabilidad, a sentir la muerte de su personaje, a sentir el vacío de soltar todo este entramado que sostenía un viejo hombre caduco y condicionado.
Anclado en una certeza interna a sentir lo que siempre has sabido en tu interior, YA ERES.
EMPIEZA este nuevo camino que siempre estuvo ahí, mirándote, sosteniéndote, amándote con todas tus decisiones que ibas implorando.
YA SOY, YA ES, qué descanso. Desde este verde sendero la lucha pierde el sentido, la confrontación, el juicio, la culpa... Aquí empiezo a sentirme miembro de la tribu a la que siempre pertenecí. Hermano de mis hermanos y de mis hermanas, desde este lugar puedo reconoceros, puedo veros, puedo ser libre en mis decisiones, donde esa libertad que respiro te ayuda en tu propia libertad de ser y esa libertad que respiras me ayuda en la mía propia, que no es más que la misma libertad, basada en el amor y el respeto.
El empoderamiento es un gesto de mucho coraje que me hace libre, es la responsabilidad TOTAL a aceptar que siempre estuvo en mí, que siempre estuvo en tí ese sagrado lugar en la existencia. Por lo tanto también en el mundo, ya por fin puedo reconocer mi tribu. ¿Quieres saltar conmigo?
Bienvenido, herman@.
Taller de Nuevas Masculinidades facilitado por Iñaki Arregi/Izan en la escuela de adultos de Casetas,(Zaragoza)
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